La limpieza de cualquier metal significa un trabajo de mucho cuidado ya que este material tiende a rayarse muy fácilmente aunque dentro de este material existen obviamente algunos más susceptibles y otros más resistentes.
El problema que hoy abordaremos y para el que te daremos alguna sencillas soluciones, es la limpieza de metales frágiles como por ejemplo la plata. Para conseguir una buena limpieza sin dañar la plata o el baño de plata en cubiertos u otros objetos, es necesario seguir tres pasos básicos: El primero es desgrasar la superficie acumulada por la manipulación, el segundo es eliminar la capa de oxidación y el tercero es pulir para devolver el brillo, obviamente con un producto que además proteja la pieza de la oxidación y la proteja.
Para desgrasar los objetos en plata bastará con dar un baño en una solución de agua y lavavajilla común.
Para remover la capa de oxidación deberemos recurrir a los productos indicados que las tiendas especializadas comercializan, el que será aplicado con un paño limpio y suave.
Para proteger la platería existen muchos productos: La crema líquida clásica que esta compuesta de agentes limpiadores y de un polvo abrasivo muy fino. También podemos hablar de la crema de larga duración que contiene agentes que se encargan de retardar el proceso de oxidación. Otro producto de protección es el líquido instantáneo que funciona por inmersión de la platería y actúa por reacción química. Y finalmente la tela o paño de limpieza que viene preparada con una solución y lista para aplicar.
Sea cual fuere el producto que aplicas solo es bueno que tengas muy en cuenta algo: Nunca limpies tus objetos en plata con productos abrasivos, pues terminarías rayándolos y estropeándolos de por vida.
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