Es un poco común y hasta normal que la ropa de cama como sábanas y fundas se tornen amarillentas con el tiempo, esto se debe a la oxidación natural de las fibras y exponerlas al calor y al sol, puede empeorar el problema.
Pero el abuso en el uso de detergente trae también problemas porque un mal enjuague deja residuos y afecta el color. Lo mismo pasa con el agua dura que contiene minerales que producen manchas amarillas o marrones o que da un tono amarillento a la ropa.
Para mantener la blancura de tus prendas, busca productos para ablandar el agua, usa un quitamanchas que sea seguro para las telas a fin de eliminar el óxido.
Revisa bien las etiquetas y sigue las indicaciones de lavado, así como los productos indicados.
El blanqueador a base de cloro, aunque eficaz, puede debilitar la tela. Opta mejor por por el blanqueador oxigenado que es apto para toda fibra.
Y si quieres blanquear las prendas de manera casera, llena una cacerola con agua y pon algunas rodajas de limón. Hierve el agua y luego apaga la hornilla. Sumerge las fundas o sábanas durante una hora y luego lava como lo haces habitualmente.
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